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Transcripción

>> Mi viaje a Princeton siento que empezó desde antes que naciera, con mis padres y todo eso. Pero más específicamente, en la high school que yo fui, era una de las mejores en el estado, y lo que me ayudó mucho fue mi guidance counselor. No sé cómo se dice en español. Pero ella me presentó el programa QuestBridge, que es para ayudar a gente que es primera generación ir a la escuela, a la universidad, o viene de bajos recursos. Para serle honesto, yo nunca — Creo que nunca lo hubiera hecho si no hubiera sido por ella. Yo hasta hoy día estoy agradecido con ella mucho porque yo no tenía a nadie que me enseñara cómo hacerlo. Todas estas formas de taxes, mis papás no sabían qué era lo que tenían que hacer. Ella me ayudó mucho en eso. Me ayudó en decirme, en guiarme, como guiarme y enseñarme qué es lo que tenía que hacer para eso. Y con todo eso, la ayuda de toda esa gente fue que mande esta aplicación a QuestBridge y de ahí salieron las decisiones de las universidades. Y me recuerdo que cuando esperé, salió la edición cuando yo estaba en la escuela. Pero yo esperé, no la abrí hasta llegar a la casa porque quería abrirlo con mi mamá y me recuerdo que cuando la abrí le dije voy para Princeton. Mi mamá lo primero que dijo fue ¿y Vanderbilt? Por qué Vanderbilt, la escuela que está ahí cerca de la casa y es la escuela que ella siempre quería que yo fuera para quedarme ahí en la casa. Y, o sea, que yo aquí lo estoy diciendo que entré a Princeton, a una de las mejores y ella, su preocupación era ¿y Vanderbilt que está aquí? Y de ahí me preguntó ¿y dónde queda Princeton? Y le dije hasta Nueva Jersey, y se puso a llorar. Ni lloró de alegría, creo, sino que de tristeza, que me iba a ir lejos. Se puso a llorar. o sea, que tomó un minuto para de ahí explicarle que no, que mira, es la mejor universidad, que todo esto. Se contentó un poco más, pero es algo bien chistoso que — o sea, que cuando la gente piensa de las divisiones y todo eso piensa que los papás van a estar ahí bien feliz, pero mi mamá triste que me iba a ir lejos. Así fue como vine a Princeton. Sí, bien orgullosos. Y claro, ahora solo de Princeton andan poniendo en Facebook y todo eso. Pero bien alegres, sí.