Transcripción
>> Yo creo que hay muchos mitos sobre el español en Estados Unidos. Para mí el más importante es el que imagina o concibe el español como una lengua extranjera o como una lengua inmigrante, ¿no? Es como un mito originario, cuando históricamente el español está en el territorio de Estados Unidos 100 años, por lo menos 100 años antes que el inglés, ¿no? Cuando toda la región del suroeste California, Nuevo México pero también partes de Arizona, Colorado, Texas era parte de México y, por lo tanto, en el momento en el que se anexionan todos esos territorios de lo que estamos hablando es de la presencia de poblaciones hispanohablantes, ¿no? Entonces el español, como el inglés, es una lengua colonizadora que forma parte de un proyecto de colonización en América y que en estas regiones, al menos, y en otras también como por ejemplo en Florida, pero también en Puerto Rico, es una lengua norteamericana o estadounidense, ¿no? Otro mito importante es la idea de que el español supone una amenaza para el inglés, cuando lo que vemos es lo contrario, ¿no? Lo que vemos es que los inmigrantes hispanohablantes atraviesan un proceso de desplazamiento al inglés, a través de las generaciones, ¿no? De modo que en la segunda o en tercera generación, el desplazamiento al inglés es ya algo, sino completo, pues al menos casi completo. Yo creo que hay un tercer mito que quizá es menos, en el que quizá la gente piensa menos, ¿no? Que es la idea de que hay que proteger el español y realmente yo pienso más en estas cuestiones como — — imaginando a las personas y tratando de ver que en realidad de lo que se trata es de proteger a personas que resulta que hablan español o que hablan otras lenguas minoritarias. Creo que realmente lo que está en juego aquí no es proteger una — La integridad una lengua porque si pensamos en las lenguas como lenguas buenas o lenguas malas, nos podemos dar cuenta de que el español participa en el mismo tipo de dinámicas de desplazamiento de colonización de fuerza en otros contextos dónde es la lengua mayoritaria, ¿no? En España, en Centroamérica, en Sudamérica. Entonces el interés, yo creo, para alguien que se preocupa por estas cuestiones es más pesada en términos de derechos lingüísticos, de las personas que son hispanohablantes que también son personas normalmente de clase trabajadora, personas muchas veces racializadas, ¿no?